El tres veces Intendente Municipal de Zárate, Aldo Arrighi, fue homenajeado por las uniones industriales de Zárate y Campana, al considerarlo como el factotum del desarrollo productivo de los 80′, “vital” en la expansión empresaria de ambos territorios.

La ceremonia celebrada en el Centro Cultural Tito Alberti, recorrió la trascendencia comunitaria y gubernamental del lider socialista, siempre amarrada a la trayectoria “sabia y humilde”, del otro ejemplo cívico de la zona, su colega campanense, Calixto Dellepiane, también exaltado en el encuentro.

Durante las reflexiones alusivas del acto, el mandatario zarateño, Marcelo Matzkin, señaló que si pudiese hacer un “20 por ciento” de la vasta obra que marcó a la administración del respetado odontólogo, se daría por satisfecho, en tanto que mostró su alegría de ver nuevamente al popular “Gringo”, y trayendo al estrado la reflexión de una de sus hijas, lo pintó de cuerpo y alma como “el Intendente más querido de Zárate”.

El director de Noticias Industriales, Martín Ciprés, repasó los hitos más importantes de la gestión de Arrghi y Dellepiane, ya que ambos plantaron las bases del desarrollo productivo y portuario de Zárate-Campana

El titular de la UIZ, Fernando Güidi, presentó a Arrighi como un excelente conductor municipal, sostuvo que su legado debe “continuar” y explicó que el servidor público dejó una huella inspiradora en el destino de Zárate y la región.

Por su parte, el flamante titular de la UIC, Néstor Manucci, leyó un intenso discurso de escueta extensión que explicó al doctor Arrighi como “un gran hombre que encarna lo mejor de nuestra identidad productiva”, en el que halagó “su visión de desarrollo productivo y comunitario, fundamental para el crecimiento regional”.

Muy emocionada, la dirigiente radical Analía Dellepiane, hija del fallecido jefe comunal expuso a Arrighi como un “señor” que trabajó “codo a codo” junto a su padre con “amor por sus tierras chicas -ambas municipalidades-“. Al final de sus palabras y con voz quebrada, la política campanense remarcó la figura de María, eterna compañera de Arrighi.

Finalmente Arrighi indicó que era muy difícil explicar con palabras lo que le había regalado la comunidad: “un regalo demasiado grande”.

Según el ex Intendente, su consagración político-estatal se debió a la “participación de los vecinos”, al equipo de función pública que lo secundó y a su vocación de ser un sencillo “servidor público” y no un arquetípico funcionario público”, que derivó en un aplauso cerrado y estruendoso de todos los participantes.