17 FEB. 2025
En medio de una semana signada por la discusión sobre el atraso cambiario y su posterior impacto en la suba de precios de productos y servicios dentro de todo el territorio nacional, la realidad del sector productivo no escapa a este paradigma. Tanto estos elementos, como también, la reciente apertura económica para las importaciones de productos terminados del exterior, ponen en jaque a un sector productivo que viene golpeado desde el año 2018.
Actualmente, existen indicadores que nos muestran esta falta de competitividad a lo largo del territorio Nacional, como ser, por ejemplo, el éxodo de la clase media argentina a las playas de Brasil durante el corriente verano, o también, la entrada de yerba mate paraguaya o brasileña en Misiones, que afecta directamente a toda la cadena de producción de dicha provincia. Ahora bien, ¿si la salida devaluatoria no es una opción debido a los lógicos riesgos de un traslado a precios que dispare la inflación de la economía doméstica, cuál es el camino para bajar el costo argentino de producción en un contexto de apertura económica?
Si bein los industriales destacan la política de estabilidad, baja inflación y déficit fiscal cero, todavía piden por la baja del cepo cambiario. La voluntad de bajar el volumen del Estado, de reducirlo a cuestiones indispensables y eliminar estructuras superfluas, es el punto de partida para una reducción de la carga impositiva.
Importaciones
La apertura de importaciones puede presentar varios riesgos para la industria local. Aquí te detallo algunos de los más importantes:
Mediano plazo
Respecto al nivel de actividad industrial, sabemos que el año pasado tuvo un primer semestre muy negativo; mientras que, en el segundo, algunas actividades comenzaron a remontar. Este 2025 va a ser un año que va variar mucho de acuerdo a cada sector. Con respecto a la apertura de importaciones, creo que fue un problema para muchos sectores industriales y productivos. En este sentido, si bien la libertad de poder importar lo que queremos no es algo negativo en sí mismo; lo que los industriales reclamamos es la igualdad de condiciones con los mercados externos, para de ese modo, mejorar nuestra posición en materia de competitividad. Si bien se dice constantemente que la Argentina como país productivo necesita que las empresas sean eficientes puertas adentro; eso no condice con las condiciones externas de competitividad; es decir, con la capacidad de competir con los productos del resto del mundo. Por ello, el levantamiento de las barreras a las importaciones en este contexto, hace que toda la industria nacional tenga que competir con el mundo, pero en relación de desigualdad. Tenemos un costo argentino muy elevado que se arrastra desde hace unos años; estructurado por un sistema impositivo totalmente abrumador, costos laborales con los que no se puede competir, un nivel de judicialización cada vez mayor (sobre todo en nuestra provincia, donde el último año se incrementaron los juicios laborales en un 20%), un nivel de infraestructura totalmente deficiente que contribuye a esta falta de competitividad en el comercio (como por ejemplo rutas, puertos, aduanas, entre otros).
Este año va a ser muy bueno para actividades como la energía y la minería, debido a las facilidades de crecimiento que nos permiten las condiciones naturales de nuestro país; pero por otro lado, va a ser muy negativo para aquellas empresas que venden productos que no están acompañados de servicios como las agropartes, autopartes, entro otros. Todos ellos, van a competir directamente con precios ridículos provenientes del exterior, sobre todo de los países asiáticos. En este sentido, cuando uno ve que las importaciones ingresan a valores inferiores a lo que aquí pagamos las materias primas, eso es un indicio de que el problema de la competitividad no está puertas adentro de la empresa, sino que es hacia fuera.