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En 2022 fue el segundo año consecutivo de crecimiento de la industria con un 6,5%

En 2022 la actividad industrial cerró con un incremento interanual de 6,5% y fue el segundo año consecutivo de crecimiento, luego de la fuerte caída de los años 2018-2019-2020. La producción logró superar los niveles de 2017 (+3,6%) y quedó levemente por debajo de los registrados en 2015 (-2%). Si bien la recuperación fue relevante en términos per cápita (teniendo en cuenta el crecimiento poblacional) aún se encuentra lejos del máximo nivel alcanzado en 2011, un -16,4% por debajo.

En el mes de diciembre se registró una caída de -1,1% i.a., la primera caída interanual en 10 meses. Asimismo, registró una contracción mensual de -3,2% respecto del mes de noviembre. Pero también comienza a impactar el menor dinamismo de la actividad (construcción, sequía en el agro, entre otros), la suba en el costo de financiamiento y dificultades derivadas de las restricciones al acceso de insumos importados.

El año estuvo atravesado por una serie de variables internacionales y macroeconómicas locales que afectaron el desempeño de la actividad. En el plano internacional, la invasión de Rusia a Ucrania implicó un menor crecimiento global, un aumento generalizado de costos e inflación mundial y una aceleración de las políticas monetarias contractivas con encarecimiento de las tasas de interés internacionales.

A nivel local, durante el año se mantuvieron e intensificaron las tensiones cambiarias y financieras de los años previos. Si bien el acuerdo con el FMI permitió refinanciar los vencimientos externos con el organismo y brindar cierta previsibilidad, al mismo tiempo implicó metas en materia de acumulación de reservas internacionales que, en un contexto de menor saldo comercial por la suba de precios internacionales y elevada brecha cambiaria, derivaron en crecientes dificultades en el acceso a divisas para la producción. El Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) vigente desde octubre de 2022 mostró dificultades en su funcionamiento para las empresas industriales. De acuerdo al relevamiento realizado en diciembre, más de un 80% de las empresas indicaron que los plazos de aprobación de las solicitudes con el nuevo sistema fueron más largos que con el sistema anterior, por lo que se encareció y limitó el abastecimiento de insumos claves para la actividad industrial.

La suba de los precios internacionales de los combustibles y otros insumos impactó también en la inflación local y en mayores tensiones en el mercado cambiario. La inflación se aceleró por encima del 6% durante cuatro meses consecutivos para luego descender el último trimestre del año, derivando en una suba interanual cercana al 95%, alcanzando el valor más alto desde 1991.

La aceleración de la inflación llevó al Banco Central a endurecer la política monetaria para contener la suba de precios, con una suba de 3.700 puntos básicos de la tasa de política monetaria, que alcanzó el 75%. Este incremento impactó directamente sobre las tasas de interés de mercado, encareciendo el crédito y dificultando el financiamiento de las empresas, en particular de las PyMEs.

El consumo durante la primera mitad del año mostró una leve recuperación, en gran parte como consecuencia de incrementos en los salarios y de refuerzos de ingresos a jubilados, monotributistas y titulares de planes sociales, lo que permitió mantener el poder de compra a pesar de la aceleración de la inflación, aunque la aceleración de la inflación durante el segundo semestre afectó el poder de compra. La inversión y el consumo de bienes durables se aceleró producto de la falta de instrumentos de cobertura frente al riesgo cambiario y el exceso de liquidez.

Dado este contexto, la evolución de la actividad fue dispar a lo largo del año, con un mejor desempeño en la primera parte del año (+4,6% semestral y 7,7% interanual) que en la segunda (+0,7% semestral y +5,5% interanual). Esto se vio reflejado en el nuevo Monitor de Desempeño Industrial (MDI) del CEU elaborado a partir de relevamientos trimestrales a empresas. Este indicador, que anticipa la dinámica de la actividad industrial, se expresa en un índice que toma valores entre 0 y 100, en el que un índice por encima de 50 indican expansión y aquellos por debajo de 50 indican una contracción de la actividad. Este indicador se ubicó sistemáticamente por debajo de 50 a partir del mes de julio, reflejando un cambio de rumbo en la industria.